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miércoles, 9 de noviembre de 2011

27º Capitulo- Ángel de la guarda.

Nuevo capitulo chicas! Espero que os guste, ademas como el anterior fue un poco corto este lo he hecho mas largo para compensar. La verdad es que estoy muy contenta porque ahora estoy subiendo mas a menudo. :)
Bueno chicas muchas gracias por vuestros comentarios en especial a TishuNove ♥, muchas gracias y me alegro de que te guste mi novela ;)
Bueno chicas muchisisimos besos! Os quiieroooo! Y subire pronto I pormiss


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-Eh! ¿Estas bien?! -dijo la voz aun alarmada de Jason que estaba sujetándome con fuerza. Su mirada de observaba atentamente con preocupación, su ceño fruncido se mantenía intacto.


Me erguí con cuidado y me atreví a respirar con normalidad, al ver que ya no tenía dificultades en hacerlo comprendí que ya estaba bien, o al menos en parte.
Mire a mi alrededor y pude constatar que aunque me hubiera parecido que toda esta "crisis" había durado horas, en realidad apenas habían transcurrido escasos minutos, todo seguía igual.


-Creo... creo que si. -dije vacilante y con voz temblorosa. No estaba segura.


-Pero... pero... tu... -Jason se trababa cada dos por tres, al parecer si que se había asustado. Su mirada horrorizada aun no había desaparecido por completo y me sentí culpable. Vale que fuera razón para preocuparse, esto que acababa de pasarme no era normal pero tampoco quería que Jason se sintiera de aquella manera, tan inquieto y alarmado.


-Jason tu... -hice una pausa. No sabía muy bien que decirle para tranquilizarle.- estate tranquilo. -acabe diciendo. No era mucho pero mejor que nada.


-Pero (Tu nombre).. ¿que ha pasado? ¿te encuentras bien? ¿necesitas ir al hospital? -pregunto sin ni siquiera hacer una pausa para tomas aire.


Puede que me hubiese recuperado pero aun no me sentía bien del todo, ni mucho menos. Y lo ultimo que necesitaba era que me bombardearan con preguntas que ni siquiera yo era capaz de responder.
Solo conteste con un débil: "quiero ir a mi casa" apenas audible. Y Jason sin mas dilemas me llevo a donde deseaba. Una vez allí le hice pasar y le explique lo poco que sabía.


Sentados en el sofá le susurre por décima vez:


-No necesito ir al hospital, seguro que no es nada.


-(Tu nombre) ya has visto lo que ha pasado en el parque. ¡Eso no es normal! -dije subiendo el tono pero aun así susurrando.


-Shh! Jason baja la voz. Nos van a oír. -y eso era justamente la razón por la que habíamos estado hablando entre susurros desde que llegamos a casa, lo ultimo que deseaba era que mis padres se pusieran como locos, delirando por unos cuantos mareos que no significaban nada.


-Esta bien... -dijo rindiéndose al final, aunque no parecía nada convencido.- pero prométeme que tendrás cuidado con todo esto. -no sabía como podía andarme con cuidado con una cosa así pero de todas maneras se lo prometí.


Después de aquella pequeña charla mi amigo volvió a su casa y yo subí directamente a mi cuarto, después de darles las buenas noches a mis padres, y me tumbe en la cama, poniéndome el pijama de mala manera. Prácticamente al segundo me dormí aun con un poco de dolor de cabeza, sin ducharme, sin cenar, sin pensar en nada...




-Ahhh! -me incorpore en la cama con un brinco, sobresaltada por el estrepitoso ruido que profería mi despertador cada mañana, para anunciar un nuevo día de instituto. "La mejor manera de despertarse!" -pensé irónicamente.
Y, a pesar de lo mal que me encontraba ayer por la noche, esta mañana había amanecido fresca como una rosa. También debido a que había dormido un par de horas de lo normal.
Ahora si que me encontraba bien del todo.




El resto del día no fue tan aburrido como de costumbre. Me encontraba verdaderamente genial, más feliz y energética cosa que me sorprendió al ser Lunes. Lo pase muy bien junto a Jeydon, ademas hoy la mayoría de las clases me tocaban con él y eso hizo que mi animo aumentara.


A la salida del instituto, cuando las clases finalizaron, tenia dos cosas pendientes esta tarde: la primera era hacer un trabajo de literatura con Jey en la biblioteca. Y la segunda ver a Justin por la tarde.


Jeydon y yo pasamos casi 3 horas elaborando el duro, complicado y largo trabajo que parecía nunca acabar. Este trimestre necesitaba sacar buenas notas o de lo contrario me castigarían de por vida ya que mis anteriores calificaciones no habían sido las mas apropiadas y al gusto de mis padres digamos.


Una vez el trabajo acabado Jey tuvo que irse con su madre a ayudarla a hacer la compra y yo estuve obligada a volver sola a casa. No me apetecía andar pero no me quedaba otra.
Un frió algo gélido, no propio en esta época del año, soplaba echando mi cabello hacía atrás con fuerza, casi era de noche cosa que me hizo sentir aun mas frió. Agarre el cuello de mi chaqueta y me encargue de que estuviera bien cerrada para que ninguna partícula de aire se colara por alguna casual abertura.
Anduve rápido para llegar cuanto antes a mi casa y poder ver a Justin, el mejor acontecimiento de hoy. Bueno en realidad el mejor acontecimiento de cualquier día.
La verdad es que en un abrir y cerrar de ojos me situaba muy cerca de mi casa, casi a la vuelta de la esquina.


Me encontraba ensimismada en mis pensamientos cuando un fornido brazo me agarro con fuerza e hizo darme la vuelta en un movimiento brusco y demasiado rápido que me hizo perder momentáneamente el equilibrio.
En un principio me cogió por sorpresa pero al ver de quien se trataba no me pareció tan raro.


-¿Otra vez tu preciosa? -musitó Marc con una sonrisa burlona. Apestaba a alcohol, mucho mas que de costumbre. Era realmente repugnante y casi tuve que contener el aliento.


En esta ocasión sentía miedo, por supuesto que si, siempre me sentía aterrorizada en su presencia pero esta vez fue distinto. Era como si en sus ojos aquella mirada se hubiese vuelto mas negra que de costumbre, mas oscura y aterradora. Impasible al igual que tenebrosa.


Me estaba haciendo daño, mucho. Su mano seguía aferrada a mi brazo con tal fuerza que me daba la impresión de que la sangre había dejado de circularme por esa zona. Estaba tan conmocionada a causa de la situación por la que estaba pasando que a pesar de mis terribles ganas de llorar era incapaz de hacerlo. Mis ojos solo estaban abiertos como platos mirando con miedo y suplica a mi agresor que por la expresión de su rostro era inmune a mis suplicas y parecía que todo aquello únicamente le divertía, era un juego para él.

-¡Suéltame! –pero por más que intentara que mi voz sonara como si se tratara de una orden parecía más bien que me estaba arrastrando como un perro que implora no ser pegado.

No me contesto y por lo que observe no parecía estar dispuesto a hacerlo. Fue cuando me di cuenta que ya era demasiado tarde, había despertado algo en el que le excitaba, le divertía y le gustaba y no pararía hasta conseguir lo que deseaba.

Me acerco más a él de un modo brusco y me pego contra su marcado y fornido cuerpo. Estaba a punto de empezar a pedir ayuda, a gritar con todas mis fuerzas a pesar del miedo que tenia de que las palabras se quedaran atascadas en mi garganta y mi voz desapareciera. Eso sería lo peor que podría pasarme en estos momentos, Marc buscaría cualquier modo de sacarme de allí, alejarme de la gente, y llevarme a algún sitio donde nadie fuera capaz de oírnos.
Me sacudió con fuerza haciendo que le mirara a la cara y acerco su rostro al mío. Solo pude pensar: “Que ser más repugnante y odioso” cuando musito como si nada:

-Vamos a jugar a un juego ¿te parece? –con una sonrisa pícara en los labios, mientras mostraba sus descuidados dientes.

“Ya está…” -pensé, no va a parar por más que lo intente evitar. Se ha propuesto algo y lo va a cumplir.

-Que te crees que haces! –sonó una voz masculina muy imponente justo a nuestro lado, a unos cuantos pasos de nosotros.

Ni siquiera nos habíamos percatado de su presencia. Estábamos tan metidos en aquel forcejeo que ni siquiera me había inmutado de que alguien se aproximaba.
Gire la cabeza con brusquedad mirando a aquella persona, que para mí, a pesar de estar aún apresada, era mi ángel salvador.

-Justin! –dije elevando demasiado la voz.

Marc me miro con curiosidad, al parecer le interesaba saber quién era o dejaba de ser importante para mí.
A pesar de sentir una sensación de agradecimiento por el hecho de que Justin me hubiese encontrado, no podía evitar sentirme mal y arrepentida porque Marc y él se hubieran conocido. Primeramente, Justin sería consciente de los frecuentes acosos de aquel tipo y seguramente se sentiría enojado y decepcionado por no haberle contado ni una sola palabra de aquello
Y  en segundo lugar, no parecía algo positivo que Marc fuera consciente de quien era Justin, al último que quería meter en este asunto era a él.

-¿Y tú quien se supone que eres? –preguntó divertido Marc, como si su juego mejorara por momentos.

-Eso no te incumbe.  –respondió Justin de un modo cortante. Estaba enfureciendo a cada minuto que pasaba.

Marc hecho la cabeza hacia atrás y profirió una sonora carcajada. Solo el hecho de oírles hablar me provocaba escalofríos.

-¿Quién se supone que eres? ¿Su novio?  -y en ese momento empezó a deshacer su doloroso agarre alrededor de mi brazo.

En cuanto me sentí lo suficientemente firme como para moverme me tire de un salto a los brazos de Justin. Le abrace con la intención de no alejarme de él por nada del mundo y él me sujeto, ya que estaba aún temblando, por la cadera.

-Sera mejor que nos vallamos. –musitó dirigiéndose a mí pero sin apartar la vista de Marc, al que fulminaba con la mirada. En sus ojos había rabia y parecía que le quisiese asesinar solo con mirarle.

Nos dimos la vuelta lentamente y echamos a caminar en dirección a mi casa, terminando el camino que Marc me impidió acabar esta tarde.

-Nos volveremos a ver. –nos gritó burlonamente mi agresor.- lo prometo preciosa. –y pude oír con el también daba media vuelta para dirigirse a donde quiera que se suponga que valla a ir.

Justin andaba con paso firme, guiándome con su abrazo hasta casa. No dijimos nada durante todo el trayecto pero pude sentir su mirada de preocupación e impaciencia durante la mayoría del tiempo.


Al llegar a la entrada fui incapaz por los pequeños temblores que sufría de abrir la puerta con la llave y fue él quien tuvo que hacerlo.
Al estar ya a salvo  los ojos se me llenaron de lágrimas, pensaba que no podría contenerme pero hice un esfuerzo para no asustar a Justin.
En cuanto entramos en mi cuarto Justin casi me obligo a sentarme en la cama junto a él y me pregunto con algo de ansiedad:

-¿Te encuentras bien? ¿Te ha hecho algo? Como te allá tocado… -masculló apretando la mandíbula y dejando la frase en el aire.

-No Justin… -dije de un modo muy poco convincente.- No me ha hecho nada, estoy bien. –mentí ya que ni mucho menos me encontraba bien, estaba aterrorizada. Pero no quería preocuparle más de lo que ya estaba.

Recorrió mi cuerpo que en esos momentos temblaba, fijándose detenidamente para ver si encontraba algo sospechoso, algo que delatara que me había echo daño.
Hasta que sus ojos pararon en mi amoratado brazo, muy dolido por la fuerza que habían ejercido sobre él.
Su expresión ya ni siquiera era de enfado sino de pura rabia.
 Sujeto mi brazo con extremo cuidado y lo acaricio suavemente por encima.

NARRA JUSTIN:

¡Ese jodido carbón! Como se atreve ni siquiera a tocar a mi chica.
Al ver aquel moratón en el brazo apenas pude controlar mi furia. Iba a estallar como nadie me lo impidiese.
(Tu nombre) estaba asustada, por mucho que lo negase su miedo reflejado en los ojos la delataba. Y no soportaba la idea de que por culpa de ese tío ella estuviera mal, de ese modo... Si alguna vez vuelvo a verle cerca de ella desde luego que no se ira sin llevarse su merecido. 
Ya me encargaría yo de él mas tarde ahora lo importante era ocuparme de que (Tu nombre) se recuperase.
Siempre a sido mi deber protegerla, cuidar de ella y es obvio que no lo había hecho como es debido, así que por lo menos mi deber ahora era que se tranquilizara y que volviera a la normalidad.


No le comenté nada sobre la herida en el brazo, sobraban las palabras. Solo la mire a los ojos con cara de preocupación.


-¿Como sabias donde estaba? -me preguntó ella al cabo de unos segundos supongo que para desviar la atención de su brazo.


-Estuve esperándote delante de tu casi durante casi un cuarto de hora y como tardabas mucho decidí ir a buscarte, solo para asegurarme de que no te pasaba nada malo, y como he podido observar no me equivocaba.


El primer silenció incomodo... Bueno en realidad a eso no se le podía llamar silencio incomodo. Simplemente teníamos miles de cosas que decir, que explicar, que preguntar pero no sabíamos como empezar. Y suponía que los dos teníamos dudas sobre cuales compartir y cuales no.
Así que me limité a hacerle la pregunta que más necesitaba decirla:


-¿Quien es ese tío? ¿Le conoces de algo?


-En realidad no le conozco de nada. -hizo una pausa y suspiro. Parecía cansada.- Pero no es la primera vez que tengo encuentros similares a este con él.


Ahora si que había llegado a mi limité, le arrancaría la cabeza si le tuviese ahora mismo delante. 


-Solo se que se llama Marc. -terminó diciendo ella, y al ver su rostro que tenía una expresión de inseguridad, y inquietud el enojo y la rabia que estaba experimentando en esos momentos desapareció completamente para centrase unica y exclusivamente en ella. Sabía que no se sentía bien y lo que más quería en estos momentos era que viera mi apoyo y amor incondicional hacía ella. Que se sintiera segura y cómoda.


-Bueno no te preocupes más. -empecé a decir mientras me arrimaba a ella con cuidado.- supongo que no ha sido un día muy agradable para ti, bueno ni tampoco para mi la verdad, pero sera mejor que descanses.- y en ese momento la tumbé en la cama junto a mi, quedando abrazados.








CONTINUARA.


2 comentarios:

  1. meee encanto!!!!! Justin es mi heroee!! hay es tan lindo :D. Assh marc lo odio! no lo soporto es un maldito puto! (perdon por mis palabras jaja). Me encanta tu novela hermosa, porfavor no la dejes nunca :D. Un beso y un abrazo, byeee.

    PD: Espero el proximo capitulo con ancias :D

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  2. porfavor seguila es la mejor novela que lei porfis seguila espero el siguiente capitulo.te quiero besos chau =)

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